aquí con el ultimo de mis fics dedicados al Twilight Princess. Este iba a ser un oneshot ¬¬U pero lo alargué demasiado! #-# asi que lo corté en partes y ahora es un mini mini fic. Por lo mismo los "capítulos" estarán cortitos, así iremos adentrándonos en la historia y si les gusta sigo subiendo lo que quede, pero para eso necesito comentarios *.*Pensamientos“Súper Dúper recuerdos rápidos (¬¬U algún problema?)”“Cosas en carteles o cartas” (D: así es) si es que hay
(N/A: notas de el autor :3) si es que tengo algo inteligente qué decir
(aclaraciones) si es que hay
A esa hora de la tarde el clima se podía considerar templado, había muchas nubes en el cielo y de seguro en la noche o al día siguiente llovería.
No le importó.
Tomó aire profundamente, mientras disfrutaba de la vista del paso desde antes de Kakariko hasta la llanura de Eldin, viendo las rocas y su caprichosas formas, mientras iba sobre su fiel y amada yegua marrón con crin y cola blanca.
El relinchido del animal lo sacó de sus cavilaciones, y se acomodó mejor en la montura. El sonido de la espada en su espalda le hizo recordar Ordon, ya que Rusl le había regalado esa espada como recuerdo de su antiguo hogar.
Flash Back
Los cascos de Epona resonaron por todo el lugar, y la pequeña comunidad ordoniana salió a ver al joven que regresaba después de tan ardua aventura.
Traía la funda de la espada vacía, y desmontó enfrente de la casa de Bo, el alcalde de la pequeña comunidad de ganaderos a la que antes él había pertenecido.
Así pensaba, ya que tenía la ardua convicción de mudarse a la Ciudad del Castillo de Hyrule. Algo en ella le había llamado la atención; disfrutaba más del bullicio de la ciudad que estar en el silencio del bosque.
Le aburría.
Ahora regresaba sólo por sus pocas pertenencias y dar aviso de su decisión.
Epona se movía con lentitud por esos parajes, como si fuera la última vez que veía el lugar.
Link desmontó frente a su ya abandonado hogar, dispuesto a recoger sus cosas.
-¡Vaya¡Miren a quién tenemos aquí! Si es Link, el afamado héroe de Hyrule. Que vino sin avisarle a nadie.- se escuchaba el sarcasmo en la aguda voz proveniente de una chica.
Link se volteó para verla, casi asustado por la repentina aparición.
La joven rubia de ojos verdes estaba de brazos cruzados y golpeando levemente el suelo con uno de sus pies, tenía una mirada severa en su cara, reprochándole al chico.
-Ilia... jeje, que sorpresa...- susurró atemorizado por su actitud.
Su fría mueca se convirtió en una sonrisa, y rió divertida.
-¿Eh?- exclamó el chico sin comprender.
-¡Link¡Viniste!- diciendo esto se lanzó hacia él, casi tacleándolo.
-¡Ilia!- casi la aparta, discretamente, del asfixiante abrazo que ella le estaba proporcionando.
-¡Lo siento!- se excusó dejándolo, recordó cómo él odiaba esos abrazos de oso que ella estaba tan acostumbrada a dar- Pero me da mucho gusto verte aquí. No sabía que ibas a venir.-
-Jeje- se rascó la nuca nervioso- Ni yo...- dijo por lo bajo.
-¿Qué?-
-Nada.-
-Ah bueno. Entonces¡vamos con mi papá!– dijo feliz, tomándolo de la mano, casi arrastrándolo- ¡Él estará muy feliz de verte!-
-¡Ah, Ilia, espera!- pero sus ruegos fueron en vano, y en pocos instantes ya estaba enfrente de la residencia del alcalde Bo.
(N/A: oh, que feo sentí al escribir esto xD D: perdón si quedó muy IliaxLink, pero esto se compensará adelante ¬w¬ cuando le rompa su corazoncito xD)
Pero claro, cómo no debía faltar, todos los niños corrieron al ver a la jovencita arrastrar a un conocido, y a un conocido muy querido para ellos.
-¡Link!- se escuchó el grito por toda la pacífica villa, y cuatro niños se lanzaron hacia él.
-¡Que bueno que viniste!-
-¡Estás más lindo!-
-¡Cómo te ha ido en el castillo!?-
-¿Has estado bien!?-
-Chicos, chicos, calma.- ahora con los niños sobre él e Ilia arrastrándolo, se estaba sintiendo más incomodo- Que yo sólo venía a recoger algo, por las Diosas- dijo mirando al cielo, y al parecer nadie lo escuchó.
-¡Papá!- gritó Ilia emocionada- ¡Ven a ver quién llegó!-
-¿Ahora qué Ilia?- se escuchó el tono malhumorado de Bo, el alcalde de Ordon- Oh, pero si es Link. ¡Bienvenido de nuevo muchacho!-
-Ehm, gracias... pero yo...-
-Hacía mucho que no nos visitabas- habló alguien conocido para él, su maestro Rusl, que venía caminando junto con Uli, que traía en brazos a su pequeña bebé.
-Rusl... yo...- intentó hablar de nuevo el joven. Lo estaban haciendo sentir culpable.
-Pero si es que Link ahora tiene mucho trabajo¿no es así?- comentó Sera, que ya estaba ahí junto a su esposo y Beth, su hija.
Suspiró, ahora podría decirse que todo el pueblo estaba ahí, junto con los padres de Talo y Malo, estaban expectantes de su llegada. Aún con Ilia y los chicos sobre él.
Miró al suelo, con un semblante sombrío.
-Vine por que me voy y no regresaré.- dijo sereno, aún mirando la tierra.
Todos se quedaron callados. Los niños lo dejaron, y la mano de Ilia que aún lo sujetaba quedó al lado de su dueña.
FfFfF
-¿Pero por qué!?- gritó la chica con sus manos en el pecho, tratando de contener inútilmente las lágrimas.
-Cálmate, hija.- habló Bo colocando sus manos sobre los hombros de su hija- Seguramente él tendrá una razón. ¿Verdad?- lo miró inquisitivo, viendo cómo el chico jugaba con sus dedos índices, de la vergüenza que sentía.
Después de esa confesión, Bo había hecho pasar al muchacho a su casa, para pedirle una explicación.
Link lo que menos quería era causar alarma, y ahora todo había pasado de una manera dolorosa para todos.
Rusl también estaba ahí, en la sala del alcalde; veía a su joven amigo cómo la estaba pasando mal.
-¿Es por tu nuevo trabajo?- le dijo para ayudarlo a expresarse- ¿Ahora que eres caballero de la Princesa tienes que estar ahí todo el tiempo, no?-
Rusl lo notó, no así ni Ilia ni Bo, que estaba tratando de que su hija no llorara más. Un rubor extremo acudió a la cara de Link, mientras en vano trataba de mirar por la ventana, o a algún punto que no fuera cara humana conocida.
-Este... yo.- aclaró su garganta- yo ya no soy el caballero.- pausa, y Rusl lo miró extrañado, Bo miró a los dos- Yo...- se tapó la cara con las manos, estaba tan rojo como la sangre- soy el guardaespaldas de su majestad.-
Silencio.
-¿Qué?- exclamaron los tres sin creerlo, viéndolo fijamente.
-Si, jeje- rió nerviosamente, mirando a Rusl.
-Vaya... yo... Felicidades Link.- lo felicitó el hombre, sonriendo sinceramente- Y ahora tendrás mucho más trabajo¿no es así?-
-Aparte de erradicar a los seres que han quedado después de los incidentes de hace siete meses... tengo que estar cuidando de su majestad en la casa que ocupa mientras el palacio es reconstruido- sonrió inconscientemente la mencionar “su majestad” y tan pronto se dio cuenta miró al suelo.
-¿Y por eso dejas Ordon?- preguntó serio Bo, al verlo bajar la cabeza una vez más.
-Últimamente los bulblins han estado más revoltosos que antes en el puente de Eldin, y han atacado a varias caravanas goron que van a vender agua de manantial. El capitán de la guardia real está preocupado, y ya me ha sentenciado a no perderle pista al caso...- comentó serio.
(N/A: Bulblin: son los monstruos verdes que están en el campo de Eldin)
-Link, hablas como todo un experto- señaló asombrado el alcalde de Ordon.
El chico se sonrojó.
-Entonces¿nos dejarás?- preguntó con la voz quebrada la joven ojiverde.
-Me temo que si. Mi lugar ya no está aquí, yo... a mi me gustó el clima de la ciudad.-
Los presentes guardaron silencio, el joven se levantó y se dirigió a la salida.
-Me llevaré mis cosas, me despiden de todos. Es muy difícil para mi.- cerró la puerta tras de sí.
-Papá.- Bo volteó a ver a su hija- No dejarás que se vaya¿o si?- él no le decía nada- ¡O si!?- al no recibir respuesta salió corriendo.
FfFfF
Bajaba las escaleras de su ahora ya antigua casa. Viéndola bien, no se parecía en nada a la residencia que le habían apartado en la ciudad, que era en los suburbios y calles aledañas a la gran plaza.
Se encontraba a una calle de la casa de Su Majestad, que era una residencia que antes usaban los gorones para vender mercancía, estaba a un lado del café de la Gran Plaza; muy bien escondida de la vista pública.
Todas sus pequeñas pero importantes pertenencias estaban en el morral que tenía desde pequeño, y lo estaba cargando a Epona, silenciosamente.
-Aún no sé por qué te vas.- la voz quebrada por el llanto lo hizo voltear e Ilia estaba enfrente de la yegua, viéndolo tristemente- Sé que no es por tu trabajo, cualquiera puede viajar en Epona hacia el castillo en poco tiempo.-
Link miró las amarras que había hecho y después a la chica.
-Tal vez tengas razón... aparte de que la Ciudad me haya llamado más la atención que vivir en un pueblo como Ordon. A Ordon nunca lo olvidaré, es donde crecí, donde tengo a las personas que son como familiares para mí.-
-Pero¡somos tu familia!-
-Ilia.- negó con la cabeza, tristemente- Acuérdate que yo fui un huérfano, mis padres vinieron aquí de alguna parte de Hyrule. Soy el único hylian de este lugar- se llevó una mano a sus puntiagudas orejas.
-Eso no es una excusa.- lo miró reprochante, cruzándose de brazos, llorosa.
-Entonces...- le puso las manos sobre los hombros- es hora que encuentre mi lugar.-
Dejó a la joven y se subió a la yegua. Estaba listo para partir ya.
-Link... ¿es por la Princesa, verdad?- comentó Ilia algo apagada, resignada ya a perder.
Él sonrió, y se despidió con la mano. Y salió de Ordon.
Fin Flash Back
De eso ya había pasado más de un mes.
Volvió a suspirar. Desde hacía mucho que se encontraba confundido.
Aún se podría decir que no se recuperaba emocionalmente de toda su aventura.
Y aún resonaban ciertas palabras de Zelda. Las acciones que la joven había tomado con él, le habían confundido en sobremanera.
Pensaba que a ella tal vez también la habían confundido.
Había estado actuando muy raro esas últimas semanas.
“Eres el primer amigo que he tenido en mi vida.”En su mente se dibujó una de esas pocas, pero bellas sonrisas de la joven Princesa.
-
¿En que demonios piensas¡Tonto!- puso su mente en blanco, ya eran demasiado frecuentes esas alucinaciones con Zelda.
“Gracias por ser mi amigo.”-¡AAAAAAAAAAAARGH!!- dejó las riendas y se tomó la cabeza con ambas manos.
Estaba demasiado nervioso sin ella. Demasiado nervioso con ella.
Estaba hechizado...
-¡Demonios!- masculló negando con la cabeza y enfocándose en lo que tenía en frente: el puente de Eldin.
A lo lejos ya venía venir a dos jabalíes siendo dirigidos por algunos bulblins.
Link preparó la espada, azuzando a la yegua, que apuró el paso.
Pasó un animal junto a ellos, y el chico dio una estocada que tumbó al arquero que iba detrás del jinete.
El otro par iba cerca de la yegua, y el arquero disparó una flecha encendida directo al muchacho, pero ésta rebotó en el escudo que traía en la espalda.
-Por poquito...-El jabalí pasó a su lado, y Epona saltó sobre un pilar derrumbado, no así el jabalí que terminó estampado en él.
-¡Vamos Epona¡Al puente!- gritó el joven, dirigiendo a la yegua al susodicho lugar.
Debía eliminar a los últimos Bulblins. Así se lo habían encargado los soldados de altos rangos.
Así se lo había pedido... Zelda.
“-Espera¿no crees que sea muy arriesgado? Es decir, son muchos monstruos.
-No se preocupe Princesa.
-Ya te dije que no me dijeras así. Me haces sentir más vieja que tu, y es al contrario...
-Jeje, lo siento. Bueno, entonces, no te preocupes... Zelda.” Miró el extremo del puente entrecerrando los ojos. Si llegaba ahí podría emboscarlos a ellos y los aventaría por el gran barranco.
Epona corrió como el rayo; mientras una decena de bulblins se interponían en su paso por el puente. Algunos lanzando flechas y otros piedras.
La yegua pudo sortearlo... pero no contaba con el enorme mazazo que lanzó uno de los animalejos y la hizo caer de lado.
El peso del equino lastimó en sobremanera la pierna izquierda del chico que era el jinete.
-¡Epona!!- gritó el chico sintiendo el peso de la yegua en su pierna y soltó un grito de dolor.
La yegua se levantó a duras penas, siendo golpeada por los bulblins; y dejó al malherido chico recuperándose de la aplastada.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!- gritó de dolor al sentir otro mazazo en su pierna herida.
Un bulblin estaba haciendo su agosto con el inconveniente suscitado. No perdería la oportunidad de herir a ese hylian que lo había venido molestando.
Link usó sus fuerzas e ignorando el dolor le lanzó una patada al monstruo, lo que hizo que éste se fuera hacia atrás y cayera al barranco, pero al hacerlo su pierna le dolió más y sólo pudo reprimir el incontenible deseo de gritar del dolor tan tremendo.
El sonido de los bulblins acercándose le incitaba a huir, no podría en esas condiciones.
Tal vez su pierna estaba rota, eso era lo que más temía.
-Maldición- susurró entrecerrando los ojos y tratando de cubrirse inútilmente con el escudo, esperando a que la horda de animalejos llegara.
Pero el ataque nunca llegó... una onda expansiva empujó a todos los bulblins al acantilado.
Link no podía creerlo¿qué había sido eso?
Cascos de caballo justo detrás de él le indicó que ya no estaba solo. El jinete respiraba agitadamente, como si eso hubiera sido un esfuerzo físico tremendo.
-¡Oh por las Diosas!- el chico abrió desmesuradamente los ojos- ¡Link¡Lo sabía!- el jinete se bajó de inmediato de su blanca montura y corrió al malherido joven.
Llegó por detrás, reconoció la inconfundible cabellera rubia rojiza, y aunque no traía la armadura ni la tiara de oro, ni la tela tan elaborada que cubría su vestido, supo en seguida quién era por el tono de su voz.
-Zelda...-
-Sabía que era muy peligroso. Reprenderé al capitán por mandarte solo.- se hincó junto a él, evaluando la situación- Din... tu pierna- quiso tocarla, pero un quejido del chico le indicó lo grave que estaba.
-No es nada... puedo levantarme.- dijo comenzando a incorporarse- ¡Argh!- una punzada lo hizo congelarse, a lo que la joven le pasó una mano por los hombros.
-No. No estás bien. Debo llevarte de regreso.-
-Pero...-
-Nada de peros- lo reprende, comenzando a ayudarlo para que se levantara- Usaré mi técnica de tele transportación, por favor, dime la dirección del doctor de la ciudad.-
-Eh...
Me... me esta ¡abrazando! Ehm ¡Ay!- sin querer se había apoyado en la pierna lastimada.
-¡Link!-
-Lo siento... – miraba al suelo, ocultando su roja cara.- Es la calle del este, junto a la entrada.-
-Muy bien, Epona, Hazel, vengan- los equinos se acercaron- Epona... tu también estás herida. No puedo creer que seas igual de terca que el dueño- dijo suspirando.
-Oye.- reprochó el muchacho.
Zelda sonrió, y tomó las riendas de los caballos con la otra mano aferró al chico que a duras penas estaba de pie, o eso parecía estar.
Se concentró en la dirección que el chico le había dado... y con un brillo el puente de Eldin se encontraba solo.
acá para ver a los perosanajes como son fisicamente
http://www.twilightprincess.nintendo-europe.com/esES/index.htmliba a poner fan arts pero a ilia la dibujaban muy linda òwoU